miércoles, 5 de agosto de 2015

La avena funciona.

Buenaaaass!

Ya llevo dos días tomando avena en el desayuno, y he podido comprobar que me sienta muy bien y me mantiene el hambre a ralla.

Como Isabel me pregunta cuál tomo, aquí  pongo una foto del paquete que compré:


Así que mi desayuno consiste en:

-nada más levantarme tomo un vaso de agua templada con el zumo de un limón. Esto lo hago desde hace mucho tiempo y es algo que no dejo aunque me esté pasando de todo con la comida.

-un vaso de leche de soja en el que cuezo durante unos minutos dos cucharadas soperas  de avena. Le añado semillas de sésamo y de lino por recomendación del herbolario. También pongo canela. Y está muy bueno!

-una fruta. Hoy ha sido un kiwi.

-un cortado. Necesito café!

Esto lo tomo a las 7.30 y me mantengo muy bien durante muchas horas, y me da mucha energía. Luego, a las 11.00-11.30 tomo fruta, hoy ha sido melón , y un té.
Y así he aguantado muy bien hasta la hora de comer, de manera que he llegado a mi casa a comer sin ese hambre canina que me hacía atacar a la nevera por todos los flancos y hacer auténticas bestialidades.
Para comer, otra novedad: quinoa. Es la primera vez que la hemos comido y los ha encantado a todos en casa pues la he hecho como la ensalada tabulé (que los encanta) pero en vez de cuscus he puesto quinoa. Genial!Además de la ensalada he comido dos lonchas de pechuga de pollo.
De merienda, más melón. Y de cena, un batido de bimanán, que me va muy bien, y mientras el resto de mi familia iban con las bolsas del McAuto. Los he dejado y me he marchado a mi habitación con mi batido a escribir mi blog.
En fin, que me he portado como una campeona.

Besitos!

 

martes, 4 de agosto de 2015

Me llamo Cari.

Buenos días!

Como mucha gente me ha preguntado mi nombre, porque dirigirse a mí como "gorda-con-gafas" es demasiado largo, he decidido que me llaméis Cari, porque así me llama mi marido, y de esta forma me sentiré como en casa.

Mi marido me llama cari, diminutivo de cariño: cari pa'quí, cari pa'llá; carí, dónde has puesto esto; cari, qué has hecho para comer; cari, no tengo calzoncillos limpios, .... Así se tira todo el día. Yo creo que ya no se acuerda de mi nombre y por eso me llama cari.

Tengo una amiga que se llama Cari, pero es diminutivo de Caridad. No es mi caso.

En fin, me llamaré Cari de Cariño, que es muy dulce.

Tal y como escribí anoche, esta mañana me he levantado un poco más temprano para cocinarme las gachas de avena. Están muy buenas, pero no sé si he calculado bien la cantidad porque no me las he podido acabar. Luego iré a la tienda y le preguntaré al dependiente que me atendió ayer. 

Para media mañana me he traido fruta: un melocotón y una rodaja pequeña de sandia.

Ya os contaré como me ha funcionado este nuevo sistema.

Ah, por cierto: 107,2 ha marcado hoy la báscula. He ahí el "findesemanadedesenfreno" que me he cascado. Y ahora viene muy requetebien decir "Que me quiten lo bailao!" (pero que me lo quiten todo, porfi).

Esta noche más.

Besitos!

Resacón en las Vegas

De vuelta a la vida normal de todos los mortales decentes de este planeta y digo decentes porque lo que ha pasado este fin de semana ha rayado la indecencia. Y digo indecencia, con todas sus letras, porque este cuerpo serrano se ha llevado a la boca unas exquisiteces tales que seguramente deben ser pecado. He aquí un pequeño detalle:


La verdad es que entramos en el bar a tomarnos un tentempié hasta la hora de comer. Se ve que el camarero nos vio con cara de hambre.


Como os comenté mi familia y yo nos trasladamos de nuestra ciudad para acudir a una boda a la que fuimos invitados. Era una boda muy entrañable la verdad. Y la verdad es que nos lo hemos pasado genial.

Llegamos el día anterior a la boda y nos pasamos todo ese día comiendo como si se acabara el mundo. Cuando llegas a una ciudad que no es la tuya te dedicas a probar la comida típica de la zona y eso se convierte en un no parar de comer y de beber.

Al día siguiente, día de la boda, ya estábamos hinchados de tanto que habíamos disfrutado y todavía quedaba bastante por disfrutar. Así que, tomamos aire, metimos tripa y nos pusimos guapos. Y pa'llá que nos fuimos.

La cena consistió, en primer lugar, en unos entrantes: jamón serrano, mini hamburguesas, fiambres variados, quesos, marisco, gazpacho y alguna cosa más, todo ello acompañado de cervezas y de vino aunque yo más bien me decanté por el vino blanco fresquito, que me encanta.

Después de ello, nos sentamos en la mesa y empezaron a sacar otros entrantes como carpaccio de foie, más jamón, más marisco, ... Después ya venía el primer plato consistente en una ensalada con magret de pato; y después nos sirvieron una lubina al horno para terminar con un trozo de carne con guarnición.

A esas alturas de la cena, yo me había comido todo lo que me sirvieron y no había parado de beber vino blanco, porque estaba buenísimo y porque ... un día es un día!

Pero en mi mesa tenía un gran contrincante porque me acompañara un matrimonio amigo de los padres de la novia y a los que acababa de conocer. En mi vida he visto comer con tanta voracidad cómo la de aquel señor! Una anécdota muy divertida en relación con esto fue  que el pescado que empezaron a servir lo retiraron porque los comensales se quejaron de que estaba muy crudo. Pues bien,  este señor cuando fueron a retirar el plato ya se había comido su pescado y el de su mujer. No entendía nada, el pobre.

Después de ese pedazo de cena ... Barra libre!

Y ya os podéis imaginar: acabé doblada. Me bebí hasta el agua de los floreros! Probé toda clase de gin tonics!

Más o menos así me fui a la cama:



Ayyyyyyy!!!!!!

Esta mañana, cuando me he levantado para ir a trabajar, porque os recuerdo que ya se me han terminado las vacaciones, me he acordado uno por uno de todos esos gin tonics.

Aún no he conseguido comer como una persona porque aún no se me ha normalizado el sistema digestivo del atracón de este fin de semana, pero lo que sí que he hecho es ir a la tienda y comprar productos para mañana empezar, ya de verdad, a cambiar mis hábitos y empezar a comer bien, muy bien.

Mañana voy a empezar con avena. Voy a probar a desayunar avena con leche de soja, semillas de lino y de sésamo; también tomaré una pieza de fruta (kiwi) y a ver cómo me sienta ese desayuno del que me han hablado muy bien.

Besitos!